Así, es como muchos de los que me conocen dicen que ha sido mi infancia " Entre algodones". Y puede ser que sea cierto, pero fue gracias a ellos, a mis padres, esos maravillosos seres que me dieron la vida, y para los que siempre me faltarán palabras con la que expresar mi agradecimiento.
Desde pequeñina fui la niña mimada, una niña totalmente deseada, el único deseo que mi padre tenía cuando fui a nacer..... era..... que venga sana, por dios. Y naci sana...... pero desde el primer momento empece a dar guerra, era llorona y no comia, no comia nada. (Recuerdo como mi madre, con su santa paciencia se podía tirar horas, para darme un simple yogur).
Por tanto fui una canija, y pase todas las enfermedades que un niño pequeño pueda pasar, con lo cual mi relación con los médicos comenzo bastante temprana, y la precupación constante de mis padres......que sólo acababa de empezar.
Cuando con tan sólo once años y despúes de todo el esfuerzo que habían hecho, ya que por ese tiempo parecia que todas la enfermedades infantiles dejarían de afectarme, y ellos descansarían, me diagnostican escoliosis.....(Cielos, ¿Qué es eso?) Hoy parece un términa que todos conocemos...... pero hace 27 años, mis padres no sabían muy bien que era exactamente que me pasaba....( un doctor muy educado informo a mis padres con terminos más coloquiales, " su hija tiene una doble curvatura, de ocho y doce grados", que puede ser corregida, ya que la hemos detectado a tiempo)
Creo que empezo la peor de las pesadillas que a mis padres les podía a ver tocado vivir, porque no fue como en principio aquel buen doctor diagnostico, y se aventuro a decirle, fueron años viendo con corses, uno trás otro, escoyolas, rehabilitadores, médicos, médicos, y más médicos, sin dudarlo me llevaron a los mejores especialistas, se gastaron en mi todo el dinero que tenian a su alcance, y algunas veces incluso el que no tenían, pues recuerdo que alguna vez mi madre tuvo que pedir prestado dinero a su padre.
Yo era una cria, me adaptada a todo rápidamente, pero el sufrimiento era suyo, suyo porque no me podía aliviar, cuando alguna de aquellas escayolas me hacia una herida, suyo porque pasaba veranos en la playa, que mientras otros niños se bañaban, yo los tenía que mirar..... y eso os puedo asegurar que les partia el alma a ellos..... muchísimo, muchisimo más que a mi.
Y todo ese sufrimiento, y angustia vivida para al final tenerme que operar, una operación que duro ocho horas, ocho horas..... que para ellos serían interminables, y un postoperatorío nada fácil, un mes tumbada en una cama del "Hospital Ramón y Cajal", de Madrid, y una madre, que no se despego de mi ni un segundo de todos esos meses que duro nuestra estancia en Madrid, y un padre, al que habiamos dejado sólo en San Roque con mi hermanita pequeña, pero que no quiero imaginar lo que serían para él esos meses de soledad.
Podría parecer poco, pero es tanto lo que les debo...... es tanto el agradecimiento, tanto lo que los quiero y los admiro, porque por ellos hoy soy lo que soy, porque cuidaron de mi cuando más los necesitaba, porque por ellos prosegui mis estudios, que quise abandonar despúes de mi operación, porque todos mis compañeros me habían adelantado, por ellos, que me animaron siempre....... que me dieron los valores y principios necesarios para ser persona.
Porque despúes he cometido cientos de errores, y jamás he oido un reproche, ni un "te lo avisamos", porque me han dejado tropezar, y me han dejado levantarme sóla, pero siempre, siempre muy cerquita, para poder extender esa mano, en la que siempre me he apoyado.
A mis padres, verdaderos tesoros, que mi hicieron "crecer entre algodones", para ellos, por ser todo amor, paciencia, abnegación, para ellos mi dedicatoria, y el deseo de mantenerlos para siempre, para poder decirle todos los días de mi vida "OS QUIERO"